Muy rápido se puede identificar una sociedad basada en la pluralidad y el respeto a la diferencia; una oferta asimismo diferenciada y completa (en restauración, ocio, hostelería, comercio, servicios); un ambiente seguro y atractivo; una estructura urbana y arquitectura históricas. En definitiva, un enclave idóneo para una diversidad nueva surgida de la necesidad de un colectivo, el de gays y lesbianas, y desarrollada de forma orgánica (no planificada) en los últimos veinte años.
Esto es lo que ha hecho de Chueca enseña de prosperidad y tolerancia dentro de la ciudad de Madrid. Un caso extraordinario en clave no
sólo social sino también económica. Un ‘territorio’ en el que el dinero entra más fácilmente que sale. ¿Y por qué?:
. Porque este barrio céntrico y con solera pero, hasta hace poco, decadente, inseguro y medio abandonado atrajo a sus nuevos residentes por la aspiración del respeto a su orientación sexual. Propósito necesario como motivación y guía en cualquier ‘empresa’ de éxito.
. Porque dicha nueva comunidad se instaló allí sin ningún afán excluyente sino facilitador de la convivencia.
. Porque se invirtieron sueños y capital en el mismo barrio, rehabilitándolo y creando esa oferta propia, diferenciada y completa para los residentes, pero también rica y atractiva para transeúntes y visitantes.
. Y porque gracias a ella, los propios residentes han sabido captar, retener y hacer circular el dinero dentro del mismo barrio, el cual
sigue atrayendo gente tanto de paso como para quedarse.
En definitiva, propósito, emprendimiento, valores, satisfación de necesidades. No hay mejor forma de prosperar ni mejor ejemplo que el de Chueca para mostrarla.